Este modelo estipula la presencia de cuatro procesos cognitivos implicados en el desarrollo y exacerbación de los síntomas del TAG:
*la intolerancia ante la incertidumbre
*la tendencia a sobrestimar la utilidad de preocuparse
*la orientación ineficaz frente a los problemas
*la evitación cognitiva
Tomémonos algunos instantes ante todo, para definir adecuadamente estos últimos.
-La baja tolerancia a la incertidumbre
La baja tolerancia a la incertidumbre, el componente central en nuestro modelo del TAG, se define como la tendencia a reaccionar negativamente (tanto en el plano cognitivo, como en el emocional y comportamental) a situaciones o acontecimientos ambiguos e inciertos (Ejemplo: estar totalmente enamorado y/o decisiones de pareja).
Los individuos con baja tolerancia a la incertidumbre consideran la incertidumbre como estresante y molesta, creen que la incertidumbre es nefasta y que debería ser evitada a cualquier precio ,y tienen mucha dificultad para funcionar cuando se encuentran en situaciones inciertas.
La sobrevaloración de la utilidad de preocuparse
Las creencias positivas que rodean a las preocupaciones, es decir, toda creencia que sostenga que preocuparse es útil, corresponde al segundo componente de nuestro modelo.
Los resultados indican que las preocupaciones excesivas y el TAG están ligados a las creencias siguientes: preocuparse facilita la resolución de
problemas y ayuda a motivarse; preocuparse protege contra las emociones negativas futuras; la acción misma de preocuparse puede disminuir la probabilidad de acontecimientos negativos futuros (noción de
fusión entre el pensamiento y la acción); y que preocuparse es un rasgo de personalidad positivo (Francis y Dugas, 2004).
La orientación ineficaz frente a los problemas
Las dificultades en la resolución de problemas, por su parte han sido igualmente identificadas como factores que contribuyen a la tendencia a preocuparse.
En efecto, los individuos que se preocupan de manera excesiva tienen todavía más dificultades para resolver problemas cotidianos (familia, decidir y miedo a fallar, relaciones personales).
En Centro Alejandra de La Torre ayudamos a todas las personas que padecen éste trastorno a tomar conciencia de ello y mejorar su calidad de vida.
La orientación ineficaz frente a los problemas
A título de ejemplo, notamos frecuentemente la tendencia en estos pacientes:
1) a ensayar resolver un problema (hacer una "PELÍCULA". Imaginar y creerse esa expectativa)
2) a tener objetivos poco realistas sobre los cambios visualizados, en relación a la situación real
3) a no enfocar más que una o dos soluciones posibles.
Además, observamos el impacto de la baja tolerancia a la incertidumbre en el proceso de resolución de problemas. En efecto, no es raro ver a un paciente incapaz de elegir una solución entre varias posibles visualizadas, a causa de su deseo de encontrar una solución perfecta o cierta.
La evitación cognitiva:
Contrariamente a los individuos que tienen miedos específicos a objetos, lugares o situaciones, los pacientes que sufren de TAG tienen miedos generalmente menos tangibles, orientados hacia el futuro y que poseen una débil probabilidad de concretarse.
En estos casos, la evitación es principalmente de tipo cognitiva, y se traduce por una estrategia interna utilizada por el individuo, para evitar exponerse a un pensamiento o una imagen molesta (por ejemplo, la distracción, el reaseguro, el reemplazo o la supresión de ciertos pensamientos).
Tanto como la evitación física, la evitación cognitiva puede llevar a una reducción temporal de la ansiedad; de lo cual se deriva la necesidad de mantener esta estrategia. Sin embargo, su eficacia es ilusoria y solo aporta un alivio temporal, impidiendo el tratamiento emocional.
La evitación cognitiva contribuye al mantenimiento y exacerbación de las preocupaciones y a la ansiedad.
En Centro Alejandra de La Torre ayudamos a todas las personas que padecen éste trastorno a tomar conciencia de ello y mejorar su calidad de vida.