Los pacientes que padecen esta enfermedad sienten «opresión», «encogimiento» o «abatimiento». Se la describe como un trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente.
E paciente siente tristeza intensa, decaimiento, irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida.
También la persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial y puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral hasta el suicidio.
Los tratamientos psicoterapeúticos utilizados adecuadamente y de manera interdisciplinar con seguimiento médico arroja resultados favorables para el bienestar de esta enfermedad.